Entradas

Pedir cosas grandes

Juan 14.12-15 Jesucristo hizo una audaz declaración cuando dijo: "Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré" (Jn 14.14). Puesto que es contrario a la naturaleza de nuestro Trino Dios romper una promesa (Tit 1.2), sabemos que el Señor cumplirá su palabra. De manera que, cuando pedimos algo grande y no sucede nada, la falta no es de Dios. Los creyentes están llamados a vivir una vida recta. El Señor no pasará por alto la pereza espiritual para darnos lo que queremos. él tiene dos requisitos para responder las peticiones. Acercarse a Dios dependiendo solo de los méritos de Cristo. La sangre del Salvador pagó nuestro derecho a entrar a la presencia santa del Padre celestial. Su sacrificio en el Calvario quitó nuestros pecados y nos vistió con su justicia, lo que nos permite estar ante el trono sin avergonzarnos. No ganamos el favor de Dios por las buenas obras, ni recibimos respuesta a nuestras oraciones por ser superespirituales. Dios nos responde porque su Hi...

Espera un poco

Salmo 40:1 ¡Practicar la paciencia es una tarea difícil! Esto es especialmente cierto cuando esperamos en el señor, quien tiene su propio calendario. Pero los creyentes que confían en que Dios cumplirá, son recompensados generosamente con el deseo de sus corazones.

Vida que permanece

Juan 15.1-5 Ayer hablé de la vez que Dios me recordó: "charles, tú no eres la vid; la vid soy yo". Durante años había tratado de lograr por mí mismo lo que Jesucristo quería conseguir por medio de mí; en otras palabras, había tratado de producir fruto haciendo buenas obras.

Los obstáculos de la vida

Josué 1.1-9 Cuando Josué se calzó los grandes czapatos de moisés, enfrentó el mayor reto de su vida: llevar a los israelitas a la tierra Prometida. La responsabilidad era enorme, y por la orden reiterada del señor de "esfuérzate y sé valiente" podemos inferir que Josué probablemente no se sentía a la altura de la tarea.

El amor incondicional de Dios

romanos 5.8 Muchos de nosotros hemos escuchado que Dios nos ama. Pero no es hasta que empezamos a entender la verdadera naturaleza de su amor, que nuestras vidas comienzan a cambiar dramáticamente —sustituyendo la ansiedad por la paz, la depresión por el gozo, y el temor por la confianza.  El versículo bíblico de hoy nos dice que, aunque estábamos viviendo en rebeldía contra Dios, su amor envió a Jesús a la cruz para pagar el máximo precio por nuestra redención. Es decir, no esperó que lo reconociéramos o que nos disculpáramos. No. El todopoderoso nos amó de tal manera que envió a su Hijo a morir por nosotros cuando estábamos hundidos en el pecado. Esto no coincide con nuestro concepto humano del amor. gran parte de nuestra preocupación por los demás es condicional, con excepción del interés por nuestros hijos y parientes cercanos.  Muchas veces proyectamos esta imagen imperfecta en el señor. Nos resulta difícil imaginar que exista realmente un amor más grand...

Esperar con fe

salmo 33.18-22 Nuestra cultura no se caracteriza por enseñar a poner en práctica la paciencia. Basta ver la frustración de los conductores detrás de un auto que no comienza a moverse en el instante en que el semáforo cambia a verde.  Por un retraso de dos segundos, los ánimos se caldean y se pone en acción la bocina. Vivir en una cultura apresurada nos programa para esperar recibir todo al instante, incluyendo las respuestas a nuestras oraciones. A veces, me he sentido muy impaciente y frustrado con el señor cuando él no ha actuado de acuerdo con mis planes. Incluso he intentado manipular las circunstancias para presentarle la solución y pedirle su bendición.  Pero lo que veo como una demora, es el tiempo perfecto para él desde su perspectiva. Un Dios omnisciente, Creador y soberano del tiempo, jamás puede llegar tarde. Esperar en el señor requiere fe. sólo porque no podamos ver lo que él está haciendo, no significa que esté inactivo. Nuestro Padre celestial o...

La amorosa búsqueda de Dios

Juan 4.1 -42 Este relato del encuentro del Señor con una mujer samaritana, es un maravilloso ejemplo de la amorosa acogida que él da a las personas que sufren. Jesús nos está buscando siempre con amor, incluso cuando no reconocemos su mano extendida.