Nuestro Padre celestial desea que crezcamos espiritualmente. él nos pone en una escuela de fe, por así decirlo, para enseñarnos a seguirlo. Ayer hablamos de la disciplina de escuchar a Dios. Hoy veremos cuatro prácticas más que son necesarias para vivir una vida en Cristo. Primero, el señor quiere que lo obedezcamos. Algunas de sus enseñanzas son fáciles de seguir, mientras que otras son difíciles.
Elegir nuestro propio camino puede hacernos sentir bien al comienzo, pero el resultado final es siempre el sentimiento de pesar. En cambio, cada acto de obediencia edifica la fe.